martes, 14 de marzo de 2017

Rompiendo el Silencio 15 03 2017

Culpable o no, el trasfondo es otro.

El dicho aquel de que perro no come perro, no aplica para algunos grupos en Aguascalientes y tristemente lo podemos ver en el gremio periodístico, el cual en varias ocasiones ha sobresalido por ser farol de la calle y obscuridad de su casa, defendiendo sin cuestionamiento de por medio a comunicólogos de otros estados permitiendo, avalando y promoviendo el escarnio para los locales, como tal es el caso del poco agradable conductor de Infolínea.

Se habla mucho de que Morales a través de redes sociales, videos y demás herramientas de internet se hace la víctima en lugar de aguantarse como los machos. Tiene su lógica, es comunicólogo, si el señor vendiera menudo los domingos, posiblemente hubiera mitigado sus penas con un plato de pancita, para que nos damos golpes de pecho si la misma PGR recomienda que en caso de ser víctima de persecución política no te quedes callado.

Si bien es cierto que José Luis Morales Peña se ha ganado a pulso el repudio por parte de la ciudadanía, empleados, políticos y colegas, al parecer nadie o pocos han reparado o querido reparar en el pequeño detalle de ¿quién se beneficiaría con su salida?. Mucho menos se ha reparado en el problema tan grave que representaría censurar a quien resulte incómodo para los gobernantes.

“La víbora mexicana”, es desagradable, mentiroso, vulgar, poco objetivo, mercenario, manipulador, fanfarrón, hablador, ofensivo y extremadamente molesto, sin embargo, ninguna de las anteriores figura como parte de las acusaciones legales, pero que a través de redes sociales y medios de comunicación sin principios, son los principales argumentos para condenarlo, pasando de largo una manipulación en la que todos estamos invitados a participar.

En fin, una de las cosas que más tristeza da, es que todos en los medios sabemos de dónde viene y el porqué del chingadazo, pero hasta que nos toca nos damos cuenta que el engordarles el caldo a los políticos no deja nada bueno, hoy te chiquean, mañana te acusan de lo que se les hinche y si es verdad o no, por lo pronto ya se libraron de un comunicador incómodo.

Que miedo que en Aguascalientes seas culpable o inocente de todo lo que se te impute basado primordialmente en qué tan bien le caigas a la sociedad.

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