jueves, 7 de julio de 2016

Ambulante por necesidad

Elena está a unos días de cumplir apenas su primer año de vida, ella sonríe feliz ante las palabras cariñosas y las caricias de mama, mientras la orgullosa mami Mayra se mueve entre los autos con ella en brazos apesadumbrada con su caja de chicles en mano buscando poder darle algo de comer a su bebe y la esperanza es grande, pues quiere vender muchos chicles ya que también desea ajustar un pastel y celebrarle así su primer cumpleaños a Elena.

Esta es una escena que usted puede ver en el crucero de Mahatma Gandhi y segundo anillo, pero más allá de lo conmovedor que es ver a una madre sonreírle a su princesa a pesar del dolor de la carencia, es también un ejemplo de la fuerza de una mujer que no cae en la tentación de la comodidad de estirar la mano y pedir compasión, Mayra, talvez incluso sin saberlo ya le está dando a Elena un gran regalo; una de las lecciones de vida más importantes: Salir adelante con trabajo honrado y esfuerzo.

Enseñanza y ejemplo que se esconden detrás de una cara y una caja de chicles, lo que me llevó a cuestionar si nuestras autoridades ¿se esforzaran igual que Mayra?, en muchos casos si, en otros tantos son solo afortunados amigos del poder que toman decisiones a la ligera detrás de un escritorio, como aquella que hace unos días acaba de anunciar el Ayuntamiento capital y la cual afectara a personas como nuestra protagonista, pues el Municipio prohibirá a varios ambulantes vender sus productos.

Además también hace unos días acaban de rechazar en el Congreso del Estado una iniciativa de ley para apoyar a madres solteras y abuelas a cargo de sus nietos, con el argumento de que ya sobran apoyos para tal sector, y hoy me pregunto al ver a Elena ¿Dónde están esos apoyos que según nuestros flamantes diputados ya hay demás?.

1 comentario:

  1. Falta saber, si esta señora alguien le ha comentado de la existencia de esos apoyos, por lo que se nota a simple vista que no... quien se atreverá a preguntarle, y aún más quien se atreverá a preguntarle.
    A quien realmente le interesa que lo haga.

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